Los seres híbridos de Mónica Gómez Berrendo​

Mihaela-Ionela Badin

02 enero 2013

Archivado en:    Mónica Berrendo     fotografía   exposición   

“Los árboles secos parecen cuerpos deshabitados que necesitan un alma para volver a ser. La fotografía a modo de rito les devuelve a la vida.” Así describe, el director de cine Norberto López Amado la exposición fotográfica “Formas un árbol” de la joven artista, Mónica Gómez Berrendo. Se trata de una obra compuesta por 11 fotografías y expuesta hasta final de enero en la Sala de Ámbito Cultural de El Corte Inglés.  

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Mónica Berrendo es licenciada en Comunicación Audiovisual y ha trabajado como localizadora, ayudante y directora de producción en series como Tierra de lobos, Acusados, Hospital Central, Toledo. Pero ante todo ama la fotografía. 

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En la exposición, Mónica empezó su discurso dando las gracias a su amigo Norberto López Amado, a sus padres que le enseñaron “que es mejor ser que tener”, a su hija Valeria de la que ha aprendido “que para desear la felicidad nunca hay que perder la ilusión” y a su marido, Sergio: “gracias a él soy la persona que soy, soy la mujer que soy, soy la madre que soy…”.

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En la sala están expuestas solo 9 de las 11 fotografías que componen la obra, las demás “son subiditas de tono” y no eran apropiadas para el sitio. Pero se pueden ver en el catálogo de la exposición. 

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La fotógrafa ilustró en su obra la comunión entre la naturaleza y el ser humano porque “somos naturaleza”. Señaló que la  exposición alcanza tres vertientes: la unión, como formación de seres híbridos, la comparación entre la mujer y la naturaleza y la sustitución por omisión.

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Mónica Berrendo define este proyecto como la búsqueda y la identidad, considerando la fotografía una valiosa herramienta. Emplea el blanco y el negro como símbolo destructivo y creativo a la vez. Sus seres híbridos renacen con la ayuda de “la madre naturaleza que adopta a los árboles y les hace resurgir”.

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El escritor Salvador de Madariaga ya advertía de este fenómeno en 1951, en su libro “Bosquejo de Europa-El hombre y el árbol”: “El hombre es un árbol que se ha metido en el tronco las raíces y la tierra y ha echado a andar; que no es mero capricho de la lengua el llamar tronco a la parte unitaria y central del cuerpo.”

 

Al igual que Madariaga, la fotógrafa muestra su enfoque original de la naturaleza que evoca en instantáneas la unión de la piel humana con las ramas, las raíces y los troncos de los árboles, creando seres híbridos capaces de sentir ternura y respeto por el medio ambiente.

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Su hija, Valeria, se siente muy orgullosa de la artista. En un momento de descuido se acerca y pregunta, con desparpajo: “¿te gustan las fotos de mi madre?”. Al contestar que sí se marcha contenta, con una sonrisa de triunfo. Para ella, las fotos de su madre no están solo en blanco y negro, sino también en gris. Y se lo aclara a Mónica durante la presentación de la obra.

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El proyecto “Formas un árbol” nace dentro de otro proyecto, por casualidad de la vida. La fotógrafa necesitó un año para componerlo y presentarlo al público.  Sus fotografías están en venta, “a precio de crisis”.

 

 

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