Ayer el Centro de Historias de Zaragoza acogió a un grupo de amigos que charlaron en voz alta sobre una extraña pareja: el futbol y el cine. Y es que puede parecer que poco tienen en común el deporte rey y el séptimo arte, pero ya se sabe, los polos apuestos se atraen y este discreto idilio cuenta ya con 100 años de relación.

Zaragoza, como cuna de origen del cine, meció a “Petón”, periodista y agente de jugadores, Carlos Marañón, director de la revista “Cinemanía” además de hijo y nieto de futbolistas, y el polifacético Luis Alegre en una conversación donde el ritmo lo marcaba Aitor Lagunas, creador de un nuevo proyecto como es la Revista Panenka.

Una atractiva cita para los entusiastas del futbol, pero también para los amantes del cine. Un doble prisma que enfocaba una luz que proyectó grandes momentos del futbol, recuerdos y batallas de “viejos rockeros” en esto del balompié. Sin duda, según avanzaba la conversación, el espectador podía recrear esos grandes momentos deportivos como una escena de una película.

La culpa: la narración.

El relato personal de Alegre sobre como Javier Tomeo (escritor y original como ninguno) revivía en diferido el mítico gol de Nayim, la gloriosa noche que el Real Zaragoza de los Magníficos construyó en Leeds contada por Petón, y las experiencias como descendiente de futbolistas de Marañón, hizo cómplices a los oyentes, robó carcajadas al auditorio y arranco aplausos a los asistentes.

Descubrir guiños cinematográficos como el de “El Gran Torino”, seguramente muchos de los que se sentaron en las butacas a ver la película de Eastwood no sabía que era  el nombre de un equipo de futbol cuyos jugadores murieron en un trágico accidente de avión.

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Y como no, se habló de “Evasión y Victoria” el matrimonio perfecto de cine y futbol, y de quienes podrían ser los protagonistas de un nuevo remake, sin duda la propuesta fue más que interesante.

La charla parecía un café de amigos, una tertulia comentando la jugada, pero el camarero fue excepcional y sirvió los temas, mientras los tertulianos sabían cómo realizar la jugada con maestría. El colegueo y la complicidad permitieron fluir exclusivas que exigieron a la platea un guiño de discreción.

Sin duda una atractiva actividad en la que la asistencia fue buena, pero no lo masiva que se preveía por el tema y el nombre de sus protagonistas.

¿No asististe y al leerlo ahora te arrepientes de no haber estado?, siempre te quedara la opción de buscar la nueva ciudad del ciclo de conversaciones que sobre fútbol y cultura desarrolla ‘Panenka’ por el país. Si no quieres moverte de Zaragoza, y te despistaste, ahora solo te quedará ver el resumen del partido aquí.