En el marco incomparable de la antigua estación del Norte encontramos un centro cívico lleno de encanto. Un recinto que respira vida y actividad, en cuyas paredes podemos ver, hasta el próximo 31 de enero, la exposición de Mª Teresa Escudero: “Mirada de mujer”.

Dos años y medio ha tenido que esperar la vecina del barrio del Arrabal para poder exponer su pintura en la sala. Pero la espera no ha mermado su ilusión, si no todo lo contrario, pasea orgullosa por los pasillos que muestran sus ojos, las almas que plasmó en el lienzo. Comprueba cuadro por cuadro que los marcos no se hayan movido, que estén perfectos, que la luz sea la mejor para que el curioso que pase por allí no se pierda los detalles.

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Obras con grandes contrastes de color, con pinzadas de textura y matices, pero sobre todo con ojos grandes que brillan sobre el resto de la pintura. Trazados que muestran la influencia de diferentes pintores, pero también momentos personales que Teresa ha reflejado en la tela como medio de liberación.

El nombre de la muestra es la definición más clara y concisa de lo que vamos a poder ver,  la posibilidad de observar a diferentes mujeres y lo que nos transmite sus miradas, la proyección de las almas de madres, jóvenes, ángeles o niñas.

Una visita que te absorbe, que te implica en lo que ves. Pronto valoras que la calidad técnica no es lo que hace más atractiva a esta pintura, si no su halo…su esencia. Cuando además Teresa te descubre su historia, es cuando comprendes tu percepción. Una luchadora que a punto estuvo de perder la visión, y que lejos de rendirse encontró en el arte un medio de expresión y liberación. 

Esta jubilada, en lugar de acomodarse y llorar por las esquinas, quiso emplear sus nuevos ojos en intentar captar la belleza que su poca visión le daba. Heredó la pasión por la pintura de su madre, y se enamoró del arte con su marido, el escultor José Luis Yubero.

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Siempre con una sonrisa y emanando vitalidad, optimismo y humor, Teresa Escudero se muestra agradecida a Rafael Navarro, su profesor, y ansía que a la gente le guste su exposición. Esta profesora de educación infantil vive su segunda juventud a través de los pinceles, y aunque sabe que no va a vivir de su afición, vende estos pequeños fragmentos de su vida que hasta el día 31 están visibles para todos.

No te quedes sin conocer a Teresa, ni sin ver su obra en la Estación del Norte.